Anticipada por notables precedentes, como Lord Dunsany, Ambrose Bierce, R. W. Chambers, A. Machen o Algernon Blackwood, y enriquecida posteriormente por otros escritores, corresponde sin embargo a Howard Phillips Lovecraft (1890-1937) el papel más importante en la invención de “Los mitos de Cthulhu”, ciclo de narraciones de horror cósmico ambientadas en mundos primigenios de caos y espanto.
El presente volumen, prologado y seleccionado por Rafael Llopis, ofrece una completa panorámica del desarrollo de los mitos y reúne las piezas fundamentales en la configuración de ese singular e inquietante universo que remueve en el interior del lector profundos terrores atávicos.
Ciclo de narraciones de horror cósmico ambientadas en mundos primigenios de espanto. Este volumen, prologado y seleccionado por Rafael Llopis, ofrece una completa panorámica del desarrollo de los mitos y reúne las piezas fundamentales en la configuración de ese inquietante universo que remueve en el interior del lector profundos terrores atávicos.
Howard Phillips Lovecraft (Providence, 1890-1937) fue un escritor estadounidense, considerado uno de los más brillantes y originales autores de narrativa fantástica del siglo xx. Con la muerte de su padre, su educación recayó sobre su madre, sus dos tías y su abuelo, que tenía una gran biblioteca donde Lovecraft leyó con profusión mitología, astronomía y ciencias, y también la obra de Lord Dunsany, Edgar Allan Poe y Arthur Machen, y la mayor parte de sus obras fue publicada en la revista Weird Tales. Mantuvo una relación epístolar con multitud de admiradores y amigos y escribió alrededor de cien mil cartas. Su mayor originalidad reside en la creación de una compleja y personal mitología monstruosa en el centro de la cual están los old ones, divinidades horribles expulsadas de la Tierra en los tiempos prehistóricos y en lucha para tomar posesión de ella. Estos seres aparecen en cuentos como «Las ratas en las paredes» (1924), «La llamada de Cthulhu» (1926) y «El horror de Dunwich» (1927), y en novelas como El caso de Charles Dexter Ward (1927).Tal mitología se enriqueció con divinidades menores, y se sostuvo con el recurso a los libros ficticios malditos, como el Necromicón. El interés también teórico de Lovecraft por la literatura fantástica está testimoniado por sus escritos críticos, en particular por El horror en la literatura (1927), en el que formuló una teoría del género fundada en bases psicológicas y formales. En su narrativa se funden elementos heterogéneos: el influjo de Edgar Allan Poe, reconocible en ciertas atmósferas y recursos técnicos de sus cuentos juveniles, pero también en las novelas de madurez como En las montañas de la locura (1931). Los relatos y novelas de Lovecraft, aunque ubicados en los límites de la mitología y la fantasía visionaria, son verosímiles, pues a pesar del instinto macabro del autor, una prosa detallista, persuasiva y lenta va organizando un pequeño mundo autosuficiente y creíble, incluso posesivo para muchos lectores.