A mediados de los años setenta del siglo XX tuvo lugar una profunda revolución en el cine y la literatura de terror realizados en Europa y los EE.UU. Una auténtica oleada de películas, novelas, relatos y cómics denominados gore o «nueva carne» comenzó a invadir como una plaga los circuitos del género. Familias caníbales, asesinos psicópatas de hacha y sierra mecánica, zombis devoradores de carne humana y enfermedades contagiosas se erigieron en los nuevos protagonistas de las historias de terror. Directores de prestigio como David Cronenberg, Tobe Hooper o John Carpenter se habían atrevido a sacar el gore de su gueto marginal, y el joven británico Clive Barker iba a ser el encargado de llevar esta nueva sensibilidad sangrienta y visceral a la literatura de terror.
Este segundo y definitivo tomo de Libros de sangre (1984-1985), obra maestra de Clive Barker, reúne los volúmenes IV, V y VI.
Entre los relatos incluidos en este tomo, podríamos destacar “La Madonna”, en el que un universo líquido, viscoso y mercurial palpita bajo el suelo londinense, “Crepúsculo en las torres”, que nos ofrece un nuevo antihéroe, un mesías salvaje que recuerda al protagonista de su novela Cabal (1988), “La Edad del Deseo”, cuyo trágico protagonista ha sido víctima de un experimento digno del primer Cronenberg, o “El cuerpo político”, en el que el lector asistirá incrédulo a la truculenta rebelión de los miembros de un cuerpo humano decididos a independizarse de este de forma sangrienta. El tomo incluye también una de las obras maestras de Barker: “Lo prohibido”, origen de la película de culto Candyman (1992), una inquietante crónica de la vida secreta y las leyendas urbanas en los decadentes suburbios residenciales de una gran ciudad, una mezcla tóxica de fascinación erótica y horror, de atmósfera malsana y curiosidad sensual.
Clive Barker nació en Liverpool en 1952 y estudió inglés y filosofía antes de convertirse a los treinta y tres años en el gran renovador de la ficción de terror con la publicación de una serie de relatos agrupados en varios volúmenes bajo el título genérico de LIBROS DE SANGRE. Aparte de su dedicación al género, Barker también ha sido y es un prolífico artista gráfico e ilustrador, además de director de cine y autor teatral habitual de la escena independiente londinense. Clive Barker contribuyó con sus primeros relatos a la evolución del género de horror al introducir el sexo y la violencia de un modo gráfico y brutal, recreándose en la descripción de los horrores más tortuosos, físicos y viscerales, reforzando así en buena medida el arsenal literario del cuento de miedo.